LA NOCHE DE GETSEMANÍ
Una reseña del libro de Massimo Recalcati, «La noche de Getsemaní».
Escribe: Gabriela García
No soy psicoanalista pero siempre me ha interesado el psicoanálisis. Encuentro en esa teoría fuerte y monumental del siglo XX no sólo el recordatorio de que no nos pertenecemos completamente, sino también el ejemplo de dos grandes intelectuales que mantuvieron vivo su pensamiento hasta el final de sus días, que no acomodaron la experiencia a sus teorías sino al revés, que se valieron de cuanto tenían a disposición: historia, mitología, filosofía, matemáticas, teoría de las cuerdas, biología, para seguir pensando. Freud y Lacan no entraban en el lecho de Procusto, se levantaron y anduvieron. Kum es la palabra en arameo, levántate, anda, ponte en movimiento. Vive. Dos pensadores que vivieron su deseo, y dieron testimonio de eso. Freud y Lacan ante todo reconquistan su herencia simbólica, se hacen cargo de lo que llega hasta ellos y fermentan con su propio deseo el uso de la palabra. Andan.
Y apelo a imágenes de mundos tan distintos para contar cómo llegué al libro de Massimo Recalcati, un psicoanalista italiano (*) del cual he leído con enorme placer intelectual y sentimiento libros que me tocaron: Las manos de la madre y El complejo de Telémaco. Pregunté en la librería qué más tenían editado en español de él y me dieron un pequeño libro de editorial Anagrama en cuya tapa vemos la pintura El Beso de Judas de Gioto, y el título «La noche de Getsemaní». Esa sóla combinación me trajo del recuerdo de la historia bíblica, Jesús solo, sudando sangre la noche anterior a su muerte. Desde que era pequeña y mis padres veían la película Rey de reyes durante las fiestas religiosas, esa era la parte que más triste ponía. Tal vez porque los niños le temen a la soledad y la noche. Así que abro el libro y leo: “Dios se retira al silencio abismal del cielo, sin ahorrar a su hijo predilecto la experiencia traumática de la caída y del absoluto abandono”. Encuentro el estilo potente, casi dramatúrgico que usa Recalcati en su prosa, y lo compro. Tengo en mis manos un texto que es un ensayo, pero sé que es también literatura, porque si la primera ley de esta es la eufonía, la prosa de este autor suena preciosa.
La noche de Getsemaní abre la pasión de Cristo, y lo vemos allí en su más radical humanidad. Sufre la traición de Judas y la de Pedro. Sobre estos traumas, el autor tiene una interpretación brillante, y nos permite dimensionar la verdadera angustia de Jesús. Tiene miedo, suplica a su padre, se aferra a la vida, a este mundo. Pide a sus discípulos que velen con él, pero estos se duermen, está sólo. No le teme a la vida, ha venido a multiplicarla, pero no quiere ser sacrificado. Sin embargo Recalcati lleva nuestra atención al hecho de que hay un giro dramático durante esa noche, y que si al principio hubo súplica, luego hay sometimiento. No como un acto pasivo sino como el acto que en que se encomienda al misterio, y hace coincidir la Ley de la palabra con la Ley del Deseo. Voy a citarlo porque estos cruces no se hallan todos los días: “Lo que está en juego es la existencia de una Ley que exige la obediencia no a su voluntad de muerte, ni a la respuesta del Otro, sino al deseo más radical del sujeto que coincide con la alteridad del destino que habita en él, es decir, con su encomendarse al Otro”. El subrayado es mío. Recalcati nos recuerda en una época de goce sin límites, de deseo mortífero, que el deseo es una fuerza que mueve la vida, que la hace más viva, que hace lazo y es generativo, que nos arranca de las tenazas de la muerte. Que estamos escindidos, que no hay absolutos, que somos habitados por un enigma. La fuerza con que el discurso lacaniano y el discurso cristiano toman vida en este texto, el calor y el contacto con algo que se siente verdadero, la fortaleza de la exposición, hacen que valga la pena su lectura, cualquiera sea el credo del lector.
(*) Massimo Recalcati (1959) es un destacado psicoanalista, director del Instituto de Investigación en Psicoanálisis Aplicado y colaborador habitual de La Repubblica; es también uno de los ensayistas más prestigiosos y leídos de su país. Enseña, en la Universidad de Pavía, psicopatología del comportamiento alimentario, tema sobre el que ha escrito varios libros de referencia. En Anagrama ha publicado El complejo de Telémaco. Padres e hijos tras el ocaso del progenitor, Ya no es como antes. Elogio del perdón en la vida amorosa, La hora de clase. Por una erótica de la enseñanza, Las manos de la madre. Deseo, fantasmas y herencia de lo materno, El secreto del hijo. De Edipo al hijo recobrado, Los tabúes del mundo. Figuras y mitos del sentido del límite y de su violación, Retén el beso. Lecciones breves sobre el amor y La noche de Getsemaní.
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