LA (IN)SEGURIDAD DEL VOTO ELECTRÓNICO EN CABA

Tras varios inconvenientes ocurridos en las primarias del 2023, investigadores y analistas aseguran que el GCBA no relevó el funcionamiento de los dispositivos: “Este sistema electoral es lo peor de los dos mundos, el analógico y digital”, señalan.
Escribe: Martín Suárez
El martes 1 de abril, el gobierno porteño avanzó con la adjudicación de la Boleta Única Electrónica para las elecciones legislativas del próximo 18 de mayo. Sí, entendieron bien. El sistema no estará en manos del Estado, sino a cargo del Grupo MSA. La misma firma que proveyó las máquinas para la votación de las elecciones primarias porteñas de agosto del 2023. En ese entonces, hubo varios inconvenientes técnicos y de logística: demoras importantes durante la jornada electoral, máquinas que fallaron por diferentes razones, y falta de infraestructura eléctrica en las escuelas para alimentar los dispositivos. Razón por la cual, el propio Horacio Rodríguez Larreta dio marcha atrás con el voto electrónico para las general de octubre y volvió al tradicional sistema de papel.
De acuerdo a la denuncia de especialistas, durante dos años no se relevó el sistema electrónico, aseguran que no es más confiable que por entonces y que sigue presentando la misma vulnerabilidad de siempre.
“Hablar si el sistema está mejor, peor o igual, es muy difícil de responder porque implica una auditoría actual del software y haber hecho una auditoría anterior del sistema, cosa que, hasta donde yo sé, nunca se realizó”, explica en diálogo con Revista Hamartia Sebastián Uchitel, Profesor del Departamento de Computación de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA e investigador del Conicet.
Para el especialista, este tema es parte de la razón por la cual estructuralmente el sistema de Boleta Única Electrónica es inseguro.
“Uno de los temas principales es que se usa Software para mediar el voto. Por eso sostenemos que es una muy mala idea usar un sistema electrónico para la emisión del sufragio. Y hago hincapié en la emisión del voto contra la contabilización, porque esta etapa es clave ya que tiene que resguardar mi identidad y asegurar que yo voto solo una vez”, refuerza Uchitel.
El investigador del Conicet recuerda que en las últimas elecciones hubo varios inconvenientes respecto al mal funcionamiento de las máquinas
“Una de las dudas principales es cómo sé que lo que imprimió la máquina, que es el voto que yo realicé, es efectivamente el voto digital que se emite para hacer el recuento preliminar. Este sistema genera muchas dudas y lo que más quiere uno es que los sistemas electorales sean seguros”, suma.
Existen estudios que analizaron cada una de las etapas de votación electrónica y comprobaron la fragilidad del sufragio en esta modalidad. Los especialistas coinciden que cada fase del proceso de votación tiene su problemática o desafíos concretos.
“Este sistema de Boleta Única Electrónica tiene lo peor de los dos mundos, el analógico y el digital. De acuerdo al trabajo colectivo que venimos realizando esto tiene varios problemas. El primero está en la emisión del voto, el segundo en el resguardo de la identidad de quién vota, y el tercero en la verificación del voto entre la boleta papel y el electrónico”, explicó a Hamartia Nicolás Wolovick, Doctor en Ciencias de la Computación y profesor de computación de la Universidad Nacional de Córdoba.
El investigador y especialista en la materia, realizó un trabajo colectivo integrado por varios profesionales, que culmina con la edición del libro “Voto Electrónico Los riesgos de una ilusión”, de Editorial Vía Libre.
Para Wolovick el sistema BUE no es seguro. “El proceso de votación tiene al menos dos fases, el de emisión y conteo de voto. El gobierno porteño te pone una computadora en el medio de esos procesos, en el proceso de emisión, y ahí comienzan todos los problemas”, agrega y remata: “otro problema tiene que ver con la infraestructura del sistema. La empresa tiene que garantizar que las miles de máquinas que se distribuyan en todas las escuelas estén en perfecto funcionamiento ¿quién nos asegura que esto sea así”.
LOS PAÍSES DEL PRIMER MUNDO QUE DESCARTARON EL VOTO ELECTRÓNICO
Hace sesenta años, más precisamente en 1965, Holanda aprobó el uso de máquinas para la emisión del voto, y a partir de la década de los ’90 promovió la adopción de equipamiento DRE. En mayo de 2008, el gobierno decidió retornar al voto en papel y conteo manual, tras demostrar la facilidad para alterar el comportamiento del sistema.
Alemania es otro de los países pionero del voto electrónico. Comenzó a utilizar estos dispositivos a partir de 1998 y hasta 2005. En ese año, llegó una causa ante la Corte Suprema local, alegando que las máquinas son vulnerables. Finalmente, tras varios peritajes técnicos, el máximo tribunal dictaminó que el uso de las máquinas Nedap es inconstitucional, dado que la ciudadanía no puede validar los pasos de la elección. Hoy usan papel.
En Estados Unidos, demostraron que los mecanismos de votación con tarjetas perforadas tenían un gran número de votos residuales. Actualmente, en los distintos estados se emplean diferentes sistemas, que se usan combinadamente, aunque existen causas judiciales en muchos de ellos respecto a su uso.
EL NEGOCIO DETRÁS DEL VOTO ELECTRÓNICO
El Ejecutivo porteño desembolsará alrededor de $40.000 millones para las elecciones porteñas. La cifra es la resultante del presupuesto elaborado por el Instituto de Gestión Electoral (IGE), a cargo de Adrián González.
El gasto principal se da en la contratación de las máquinas de votación con la Boleta Única Electrónica (BUE). El IGE adjudicó la licitación de ese servicio que, además, incluye la realización del escrutinio provisorio, a la empresa Magic Software Argentina (MSA) por un total de 23.563 millones de pesos, casi 24 millones de dólares. La empresa MSA fue la única que se presentó a la licitación.
Esta nota forma parte de la edición digital de revista hamartia Año 15 / Abril 2025
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