CUANDO HABLABA MENOTTI, LO MEJOR ERA CALLARSE Y FUMAR

Publicada originalmente en @pelotacontraelpiso

El fútbol y el cigarro tienen más en común de lo que uno puede creer. Seducción en marcha. Presente furioso. Placer y sufrimiento. Johan Cruyff, Cesar Luis Menotti. El Flaco fumaba por miedo, dijo alguna vez. «Todavía tengo en casa el último paquete… A veces paso y lo miro y me dan unas ganas… pero digo “no seas boludo, César” y me pongo a hacer alguna cosa». Se podría decir que ese hombre que vivió para el fútbol, lo mató el cigarrillo, ese compañero del que desconfiamos siempre, pero nos cuesta despedirnos. El hombre que encandiló a Maradona aún siendo generador de una de sus tristezas futbolistas más grandes. El hombre, que quizás por su altura, pudo ver por encima de la media y, en el mundo del «un día a la vez», proyectó un futuro a largo plazo que sea mejor para nuestro fútbol. Maradona, siempre se dijo Menottista, quizás porque Menotti representa esa rebeldía que al Diego muchas veces motorizó. O quizás por que representaba una sensibilidad futbolera que el Diego siempre admiró. El tipo de las convicciones fuertes y nobles. Que no se doble, señor. Así que, todos los papanatas del poder de este presente, mejor que guarden sus falsos saludos ante un verdadero trozo de nuestra historia: “Para mí es un espanto y una irrespetuosidad cultural a la política”, dijo sobre nuestro Presidente electo, Javier Milei.

Se va otro símbolo, especie en extinción de esta Argentina apátrida. Un hombre ante el que había que hacer silencio y sólo escuchar. A lo sumo, que el ruido sean aspiraciones del humo. Ahora sí que fumaremos por miedo. Sólo queda respirar profundo, encender un pucho y disfrutar del buen fútbol que nos brindará un mundial en el cielo, pero esta vez con el Diego en el plantel. «Encima salió campeón El Pincha.. Y por penales», susurra entredientes un fervoroso menottista. Se nos están llevando a los ídolos, estén atentos.