CERO+INFINITO: EXACTAS ACCIONÓ LEGALMENTE

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Frente a la ausencia de respuesta por parte de las autoridades nacionales, con los contratos de seguridad, mantenimiento y limpieza vencidos y los pagos atrasados, la Facultad envió una carta documento al jefe de Gabinete exigiendo explicaciones sobre cómo seguirá la situación en el Cero+Infinito, que hoy está en serio riesgo de cerrar sus puertas.

Fuente: Exactas / UBA

Publicada originalmente el miércoles 5 de junio del 2024

El edificio Cero+Infinito de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales se inauguró en diciembre de 2021 y rápidamente se hizo conocido: es único por su diseño arquitectónico y por sus prestaciones de «edificio inteligente», que arranca gestos de sorpresa entre quienes lo visitan por primera vez. Pero también es único porque aloja a dos carreras de punta, Ciencias de la Computación y Ciencias de Datos, ambas de altísimo prestigio internacional y que, entre varias de sus potencialidades, están involucradas con el desarrollo de la impactante inteligencia artificial. Otra característica que lo venía haciendo único era su carácter de «política de Estado», ya que el proyecto se creó, obtuvo financiación y desarrolló en el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, se construyó durante el de Mauricio Macri y se concluyó en el de Alberto Fernández. Una serie de tres pulgares arriba que permitieron que en 2022 el «Cero» -como se lo llama en la Facultad- estuviera en plena actividad académica y de investigación.

El Estado Nacional no solo financió la construcción del edificio a través de un crédito internacional sino que, mediante un convenio firmado con la Universidad de Buenos Aires, se comprometió a cubrir los servicios de mantenimiento, limpieza y seguridad por diez años a partir de 2021, que fue el año de recepción provisoria por parte de la UBA.

Pero en diciembre de 2023 algo cambió. Inmediatamente después de la asunción de las nuevas autoridades nacionales, el pago a las empresas contratistas de todos los servicios comprometidos comenzó a sufrir demoras. En ese mismo momento, las autoridades de la Facultad iniciaron los reclamos a la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, y denunciaron públicamente la situación. El decano pudo hablar en reiteradas oportunidades con el secretario del área, Alejandro Cosentino, sin conseguir destrabar los pagos y sin obtener información de cómo seguiría el vínculo con los proveedores. Ante la ausencia de pago, a partir de diciembre la dotación de personal de cada uno de los servicios comenzó a disminuir y a perjudicarse el estado del edificio, con la consecuencia sobre el dictado de clases y la investigación. Sin la limpieza, mantenimiento y seguridad adecuadas, resulta imposible brindar un ambiente óptimo en seguridad y funcionalidad para estudiantes, docentes, investigadores e investigadoras.

El 17 de mayo, después de varias e infructuosas comunicaciones, las autoridades de la Facultad hicieron un pedido a la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología solicitando «información sobre las condiciones de los servicios mencionados, que fueran contratados por el entonces Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva, y el estado de situación actual de los mismos». Nunca obtuvieron respuesta por parte de la Secretaría. Frente a esto, el sábado pasado, 1ro de junio, el decano Guillermo Durán envió una carta documento dirigida al Jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos, de quién depende la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, que todavía no fue respondida. En el documento, el decano sostiene que «atento a la falta de respuesta y reiterando los términos de la misma, que estarían perjudicando el normal funcionamiento de las instalaciones y la seguridad de las personas y los bienes que se encuentran en el edificio, intimo en un plazo de 72 horas, brinde información sobre los servicios mencionados». La Facultad todavía no recibió respuesta de parte de la cartera.

Para dimensionar los efectos de no contar los servicios necesarios, vale repasar qué hay en este edificio emblemático. El Cero cuenta con 17.000 m2 y 34 aulas. Alberga dos departamentos docentes y tres institutos de Investigación UBA-CONICET con 20 grandes áreas del conocimiento en las que trabajan 60 grupos de investigación. Sus aulas reciben a cerca de 9.000 estudiantes, 350 docentes, que también son investigadores. Hay 280 equipos de computación repartidos en 10 aulas; 400 equipos más distribuidos en oficinas y áreas de servicio; 50 proyectores instalados en las aulas y salas de trabajo; 10 pantallas con equipos de sonido instalados en aulas y un Data Center para uso de la Facultad e institutos de investigación y dos equipos Data Center departamentales.

La falta de pago de los servicios se mantiene y las empresas continúan reduciendo sus prestaciones. Sus contratos están vencidos y no se conoce si están proyectadas licitaciones al respecto. Por el momento, las autoridades de la Facultad decidieron mantener cerrado el ingreso principal debido a que no hay seguridad disponible para todas las puertas. Si el escenario no cambia, para el decano Guillermo Durán la situación se volverá insostenible: «Si no hay cambios, sin limpieza, mantenimiento ni seguridad, el Cero+Infinito deberá cerrar».

Para conocer más detalles del Cero+Infinito, click acá.


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