ATUSPARIA

Una historia bien contada y personajes a quienes quisiéramos abrazar, cuidar y consolar, sobre uno de los temas más lacerantes y complejos de Latinoamérica.
Escribe: Gabriela García
Comienzo a leer esta novela ignorando qué significa su nombre y quién es su autora, excepto por una foto que googleo y donde se la ve con una renegrida y larga cabellera. Gabriela Weiner, Peruvian writer. Me atrae inmediatamente esa imagen porque aquí, en Portugal, donde vivo, tengo amigas peruanas que tienen el cabello y la piel mucho más clara, y que afirman no querer volver a su país por la inseguridad. Aunque vivieron en los barrios ricos de Lima se les hizo insoportable el caos y la pobreza. “Migrar es algo a lo que te empuja la horrible realidad que diseñan los dueños de este mundo” dirá Atusparia, la narradora de la novela que voy a leer. Yo agregaría que siempre están los que no tienen ni un centavo para moverse de donde les ha tocado nacer y aguantar como se pueda. “Los nadie”, como decía Eduardo Galeano. Mis amigas limeñas piensan que yo soy “alguien” porque vivo en Europa, y que vengo de la clase alta argentina porque tuve acceso a lo que en su país de origen es un privilegio. Les cuesta creer que soy clase media, que estudié en la escuela y la universidad pública, que me moví toda mi vida con el tren Roca que conecta la Ciudad de Buenos Aires con el Gran Buenos Aires, y que fui a las clínicas que pertenecían a la obra social del sindicato de docentes (todo eso que ahora está en peligro) y que he llegado a Portugal no por querer salvarme de vivir en Argentina sino por otras vueltas de la vida.
Leo una sinopsis y me decido. Nada mejor que una novela que tiene mucho de auto ficción para atisbar a qué tipo de sociedad y de economía nos quiere llevar el actual gobierno argentino. Según había leído en el periódico El litoral «El gobierno argentino exalta el plan económico incaico y busca replicarlo«. Y debajo del título veo la siguiente foto:

Compro la novela en formato digital. Aun en el primer mundo tener un libro en papel es caro para muchos. Leo con avidez. mientras marco, hago notas, subrayo. No sobrepaso muchas páginas cuando me doy cuenta que quiero reseñarla. Y cuando la termino añoro el objeto libro, me hubiera gustado verla en su totalidad, observar cómo está armada. Sopesar la materialidad de este artefacto que ha convertido uno de los temas más lacerantes y complejos de Latinoamérica en una historia bien contada, con personajes a quienes quisiéramos abrazar, cuidar, consolar, y entrevistar en caso de que pudieran recuperar el aliento porque la historia como un animal loco de dolor les ha atravesado el cuerpo y casi los ha dejado sin respiración.
La época que abarca va desde antes de la caída del muro de Berlín hasta el gobierno de un maestro de izquierda en Perú y su derrota. Esa época, en la novela de Weiner, atraviesa un medio, como la luz cuando atraviesa un cuerpo, que son las historias de vida de sus personajes. Personajes que no viven en los barrios ricos, y que sufren los acontecimientos de un Perú herido en su colonialidad, que los machaca, los exalta, los denigra, los excita, tanto como las drogas baratas que abundan en nuestras megas metrópolis latinoamericanas, tanto como el sexo, tanto como la sangre de los heridos o muertos en las luchas. Porque en esta historia la causa revolucionaria parece tanto veneno como remedio según quién y cuándo la consuma.
Atusparia es una escuela en los Andes que recibe ayuda de Rusia y donde sus niños aprenden ajedrez, ruso. Sí así de surreal. Hay una niña que quiere ser cosmonauta y que es educada por una profesora comunista.
El muro cae, el mundo de la niña también. La niña va convirtiéndose en adolescente, deambula, consume drogas, conoce el sexo, y se une a la lucha con el nombre de Atusparia. En “Las Ritas”, grupo sedicioso liderado por Asunción Grass quien fue su maestra en aquel extraño colegio primario, conoce la raíz carnosa del amor y la política que se hunde en ellas. Se separan, una asciende en la carrera política, la otra persiste en la clandestinidad. Hay rencor, hay cárcel, hay exilio, y hay alpacas de izquierda. Sí, alpacas de izquierda.

Ese sería el argumento. Lo fascinante es la forma que encuentra por donde hacer pasar la sustancia cruda de los hechos personales y sociales, y la eficacia con la que le permite al lector ver la tragedia latinoamericana convirtiéndola en algo que se puede sentir, como el rigor del clima del altiplano o el frío del Titicaca.
Weiner debe también saber jugar al ajedrez como la protagonista de su novela por cómo mueve y dispone los recursos:
Hay partes narradas en primera persona, singular o plural, y son las que tienen un fuerte sentido de la vida cuando la vida es algo que nos ocurre con otros. Cuando el otro es la noticia en el cuerpo propio, y la manera en que se arma el lazo comunitario.
Hay partes que consisten en entrevistas hechas por una periodista que lleva el nombre de la autora, y corresponden a cuando la ambición de la candidata del pueblo se hace individual.
Hay informes de organismos de inteligencia para cuando la burocracia ignorante de a quienes somete se vuelve mecánica y patética
Hay fragmentos de los opinadores televisivos en el prime time y linchamiento mediático en todas las redes cuando sacan de juego a la candidata del pueblo por cómo ha tratado a su perro Gorbachov 20 años atrás.
Hay discursos que nunca verán la luz y que la candidata pergeña en la cárcel donde fue enviada para eliminarla como candidata a la presidencia.
Hay una fábula con alpacas como protagonistas que muestra la explotación de los animales y quienes viven de sus congelados vellones.
Hay cartas de amor despechado, que son al mismo tiempo de traición política
Y hay una mujer que resulta de todo esto que se ha ido a España y mira obsesionada IG de perritos rescatados.
Pero hubo fundamentalmente para mí, la oportunidad de revisar Los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana de José Carlos Mariátegui, el pensador marxista de principios de siglo XX, y al hacerlo recordar algo que debería ser una verdad de Perogrullo, pero que no siempre las izquierdas latinoamericanas comprendieron: el marxismo se debe recrear según los intereses nacionales de la sociedad a la que trata de emancipar y hacerla más justa. Los personajes de este libro viven el desgarro de que sus marcos ideológicos estén en desacuerdo, quieren lo mismo, tomar el poder, pero se disputan las formas. Y entienden el poder como algo que detentan las burguesías locales en sus pactos neocoloniales con los imperios. Estas burguesías que son mercantilistas o terratenientes, son completamente improductivas, no tienen un proyecto de nación, sólo quieren recibir la renta que sus amos imperiales les ofrecen a cambio de la entrega de los recursos de los países que gobiernan. Esa es la estructura económica y cultural en nuestra Latinoamérica. En algunos países no ha habido respiro, en Argentina hemos conocido algún alivio.
Muchos intentamos pensar o crear alternativas al capitalismo porque ya en este punto de la historia sabemos que, por lo menos así como está, mata. Cito a Atusparia: “El capitalismo actúa sobre nosotros como un hombre que intenta convencer a una mujer de que está loca, escondiendo las cosas, bajando la intensidad de la luz, haciendo ruidos en el sótano». Creo que deberíamos tratar de desenloquecernos, y si, como sostiene Mariátegui, “el problema del indio sólo lo va a resolver el indio”, parafraseándolo diría que el de los pueblos despojados sólo lo van a resolver los pueblos despojados. Desenloquecer juntándonos en congresos como recomendaba el escritor, no para discutir retórica ni promesas, sino para ver qué sabemos hacer con nuestro presente y futuro. Si nos resignamos las alpacas seguirán muriendo de frío junto con sus dueños para que algunos disfruten de su fina lana y coman comida étnica en algún elegante restaurante peruano del primer mundo. Y nosotros, los que tenemos tiempo de leer, pasemos tiempo mirando IG de animalitos.
Se me viene a la memoria una frase: “la literatura es el pensamiento que más piensa”. La autora de esta formidable novela piensa, como no se puede evitar pensar: políticamente. En español ahora: Gabriela Weiner, escritora peruana, nacida en 1975.
Esta nota forma parte de la edición digital de revista hamartia Año 16 / Mayo 2025
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