Lo emocional en la polìtica y la interna en la provincia de Buenos Aires.

Escribe: Guillermo Risso

Hay un político profesional en el escenario que dijo una frase que es clave: “En la política no debe existir lo emocional, hay que ser un político profesional”. Enmarcado en esa frase, mi análisis con respecto a la interna Cristina – Axel tiene ese componente que no debería tener: la emocionalidad. Pero hay algo más, una deuda. Esa deuda es de Cristina hacia Máximo, cuando en el 2019 ella eligió como candidato en la provincia de Buenos Aires a Axel Kicillof para gobernador. Este hecho es el que tiene repercusión hoy, a casi cinco años de ocurrido.

Empieza a quedar claro que Cristina sobreactúa la situación contra Axel para tratar de saldar su decisión por aquella elección, pero también creo que “in pectore” ella sabe que el candidato natural en el 2027, aunque falta mucho, es el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Me atrevería a decir que también Cristina sabe que falta, pero que este proceso abyecto que vivimos tiene un final, cerca o lejos. Lo tiene y hay que estar preparados para gobernar.

Solo la ex presidenta sabe por qué la elección en el 2019 se definió a favor de la candidatura de Axel. Quizá vio en él su trabajo político incansable desde febrero de 2016, con su primer acto en el parque Centenario, cuando recién había asumido Mauricio Macri la presidencia. Tal vez vio en Axel un político más capacitado para el ejecutivo provincial, por sobre el hijo, al cual le veía capacidad legislativa. O, tal vez, nunca le ofreció el lugar y eso hoy lo necesita saldar.

Ella es la lideresa de una parte del peronismo, Kicillof también lo sabe y lo dice. Pero volviendo al principio de este editorial, lo emocional termina siendo irracional e inmanejable para todos, inclusive para Cristina, y por eso aflora en forma de interna política, que también es parte de esto.

Son dos líneas paralelas que a veces se tocan, lo político y lo emocional. No deberían, pero nadie escapa a esto. En este análisis no hay necedad, se entiende que lo que se está jugando además de la futura candidatura a la presidencia del 2027, es el lugar de candidato o candidata a gobernador o gobernadora de la provincia de Buenos Aires. También la exvicepresidenta está jugando esta interna, cuidando el pago chico, si se lo puede definir asi al territorio de la provincia de Buenos Aires. Es su territorio y está claro que se lo quiere heredar a la organización que lidera Máximo, algo comprensible.

Los entornos de ambos, de Máximo y de Axel, están jugando su partido, su lugar en las listas y quizá también ponerse en la gatera para la gobernación en 2027, animándome a predecir que no será el líder La Cámpora un posible candidato.

Perón y Cristina son y serán lídere. Pero hay una diferencia sustancial, uno no tuvo descendencia y además el General cuando se levantaba a la mañana, dejaba el corazón en la mesa de luz y solo actuaba en el plano de lo racional, las emociones se las había dejado a Evita que tan bien las cobijó y las multiplicó.

Cristina actúa casi siempre en el plano de lo racional y a veces, como ahora, en el emocional que siempre, siempre es irracional y no tiene explicación, como no la tiene su supuesta enemistad con Axel Kicillof. Una enemistad que a mi entender no es tal, y existe solo en un plano de sobreactuación.


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