Empresas sin control alguno pueden hacer movimientos millonarios.

Escribe: Julián Saud

La IGJ es el instrumento por el cual se regula todo el funcionamiento de sociedades: SRL, Sociedades Anónimas, las Sociedades de Acciones Simplificadas (que introdujo el macrismo) que son las Sociedades por Acciones Simplificadas. La Inspección General de Justicia (IGJ) bajo el gobierno de Milei firmó recientemente diez resoluciones. Estas resoluciones vienen a eliminar la tarea de control y fiscalización del organismo, y desregula de un momento a otro la operación de sociedades extranjeras, sociedades vehículo y las off shore, a las que ya no se les exige adecuarse a la ley argentina. La «meta» es atraer inversiones, pero el descontrol abre las puertas a sociedades que se usan para operaciones ilícitas.

Irina Hauser en Página/12 hizo un punteo muy interesante de las novedades y habla del actual Inspector de la IGJ, que es Daniel Vítolo, quien se reunió con miembros de la Cámara Argentino-Británica (Brit-Cham) y les anunció que estaba a punto de firmar una disposición para eliminar los controles para inscribir sociedades extranjeras y «sociedades vehículo» en Argentina. Enseguida, en efecto, fue publicada la resolución general 10/2024.

Ricardo Nissen, el ex titular de la IGJ, que llevó una batalla muy profunda en términos legales y comunicacionales respecto a las SAS que introdujo el macrismo y las off shore, explicó en pocas palabras estas resoluciones a las que calificó como “todas peligrosas”.

Vítolo firmó diez resoluciones que paradójicamente lo dejan sin funciones, porque liberan buena parte de los controles sobre las sociedades. Este gobierno no está gestionando mal, quiere que se termine la gestión, ese es el objetivo. Un 35% de las empresas extranjeras son falsas. Suelen ser argentinas, pero se inscriben con una participación mayoritaria como extranjeras, y ahí es dónde empieza el negocio. Es el modo de liberarse de responsabilidades, es la estrategia que impide que un tercero, como un acreedor, un trabajador o un socio minoritario, pueda demandar a la sociedad extranjera. Nissen había establecido que debían tener si o si una garantía o caución por posibles daños y perjuicios. Sin embargo, esto fue eliminado en la resolución 5/2024.

Por otro lado, se eliminó la obligación de que las empresas entreguen información y quede registro del contenido de las asambleas. Esa era una exigencia también de Nissen que fue borrada: los escribanos/as mandaban las actas asamblearias solo con la designación de autoridades y luego ponían puntos suspensivos. La finalidad de las asambleas es que las sociedades cuenten lo que se está llevando adelante. Otra de las resoluciones, la 7/2024, eliminó las restricciones a las Sociedades de Acciones Simplificadas (SAS), que habían sido creadas por el gobierno de Mauricio Macri.

El caso de Techint es clave, porque pueden poner su empresa en Luxemburgo como lo hacen, pero la Argentina también tiene el derecho soberano de reclamar si toda su actividad la tienen en Argentina, que se inscriban acá. El engaño en este caso es que a Techint lo rige la ley de Luxemburgo y no la Argentina.

En su versión original las SAS se podían constituir en 24 horas en forma digital, con un capital mínimo, con objeto múltiple, sin control de legalidad ni exigencia de presentar balances. Sobre narcotráfico se descubrió que miembros de la banda de Los Monos crearon SAS desde la cárcel. Otro hallazgo reveló cómo una SAS operó con una empresa offshore. N-BA SAS se constituyó en Mendoza en febrero de 2023 con un capital de 200.000 pesos y con el domicilio del estudio del abogado Fernando Pérez Hualde. Tres meses después le compró a Raghsa S.A varios departamentos en Puerto Madero por 5,6 millones de dólares. El dinero provenía de una offshore que se había creado el mes previo. Es decir: son empresas que no tienen ningún tipo de requisito y pueden hacer movimientos millonarios.

En cuanto a los antecedentes, más de 3000 millones de dólares se encontraron en 4040 cuentas de argentinos y argentinas, y quedó en la nada. La AFIP recibió la información del fisco francés. Son datos referidos a empresarios, banqueros, políticos, jueces y futbolistas con cuentas en el HSBC de Ginebra, Suiza, no declaradas. En Argentina plata hay: hay un montón de gente muy rica que se la lleva toda. La autoridad fiscal acusó al banco de facilitar la apertura y ocultamiento de cuentas de argentinos en una sucursal suiza del holding financiero.

Por otro lado, es importante hablar de Black Rock. En la charla virtual que mantuvo el mandatario con Lawrence «Larry» Fink, el ceo del fondo especulativo Black Rock le manifestó su intención de comprar empresas del Estado argentino. En relación a ello, Roberto Feletti afirmó que detrás del libertario “estaba Black Rock y otros fondos de inversión que tienen en su haber títulos de deuda argentina y apuestan a quedarse con activos de nuestro país a precios de remate”.

¿Cómo lo van a hacer? Con estos instrumentos que le acaban de liberar. No solo posee títulos de deuda local sino que posee acciones en YPF, Bunge, Glencore, y Livent, entre otras. Es decir, activos energéticos, alimenticios y minerales, los tres componentes que más se demandarán en el mundo en los próximos años. Ingresaron en el gobierno de Mauricio Macri y el gobierno de Alberto Fernández no los pudo desembarazar de las cuentas públicas.

En nuestro país, Black Rock es el principal acreedor privado con títulos de deuda argentina por más de 2.000 millones de dólares, los cuales en su mayoría son con cláusula de jurisdicción extranjera. ¿Qué van a hacer con ese dinero ahora que tienen estas facilidades? Black Rock, además, es accionista de YPF, donde posee 9.770.000 acciones correspondientes al 5,67% de los papeles en circulación en los mercados de capitales de Buenos Aires y Nueva York.

Hay una casta empresarial, hay algo que Javier Milei instala, que por ahí en su figura no impacta, pero cuando uno va a encuestar y preguntarle a los que todavía apoyan sus medidas, ahí si la negativa a esas figuras es muy fuerte. Quizás hay que hacer como en aikido, usar la fuerza del adversario contra sí mismo: instalar que hay una casta, y que hay que combatirla y que cuando volvamos hay que poner la lupa sobre Techint. Utilicemos la fuerza, y ataquemos a la casta… la casta empresarial.


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