DERROTAS HUÉRFANAS, VICTORIAS ADOPTADAS
Derrotas, fórmulas y responsabilidades políticas.
Escribe: Julián Andreu
Si hay algo que el peronismo no conoció hasta las elecciones de 1983 fue la derrota electoral. Por supuesto que sufrió otro tipo de “derrotas” signadas por la violencia ejercida siempre desde el Estado, direccionada por los que manejaban el aparato represivo estatal que controlaban ya
sea por golpes o a través de las urnas cuando el peronismo sufría la proscripción, y siempre enfocada contra las grandes mayorías peronistas.
Aquella derrota de la fórmula Luder – Bittel en 1983 fue asignada a la quema del cajón de Herminio Iglesias, candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires, una teoría con la cual no acuerdo en nada, tanto que reivindico la figura de ese caudillo peronista bonaerense. Aun así nadie quiso
ni quiere la paternidad, o maternidad, de las derrotas.
Viniendo ya a la actualidad y haciendo punto de partida en la derrota en el balotaje del 19 de noviembre pasado, nuevamente vemos una derrota huérfana. Esta tendría un padre, Alberto Fernández, hoy vapuleado por una operación mediática y judicial donde habrá que
confirmar si existió violencia de género contra su ex Fabiola Yañez. Me atrevería a decir que por la casi ausencia del asunto en los grandes medios, no queda mucho para sacar de esa causa.
Casi siempre soy injusto y esta vez no será la excepción, pero no es solo el ex presidente el padre unifamiliar de la derrota, porque esta tiene madre, tiene tíos y tiene sobrinos.
El candidato derrotado, Serio Massa, hace 9 meses que no emite señal de vida. No tengo información al respecto pero todo me hace suponer que en su interior sabe que solo le queda una oportunidad más, como dice el Turco Asis “una sola bala”. Hasta que el panorama no se vea límpido no volverá al ruedo, por lo menos al público. Para adentro de su partido se sabe que sigue
teniendo reuniones con otros dirigentes y dirigentas. Es natural que eso suceda, posiblemente sea uno de los tíos de esta derrota, pero no lo pondría como el un padre adoptivo, puso la cara en un
momento donde, ya sin un presidente en ejercicio de candidato natural y siendo él ministro de economía, la partida no era fácil.
A mi entender la elección del vice no fue la más apropiada. Se supone que a Agustín Rossi lo puso en la negociación el mismo Alberto, aunque el santafesino venía del palo kirchnerista. Se podría decir que intentaba anudar el voto K, pero estaba claro que ese voto ya estaba asegurado.
Además es un dirigente no muy bien visto en su provincia, nunca logró ganar una elección en Santa Fe y fueron varias las elecciones a las que se presentó como candidato a gobernador.
En la provincia de Buenos Aires, por supuesto que el candidato natural era Axel Kicillof, pero fue una batalla su vice. Hubo numerosos pedidos para que el ese lugar lo ocupase Martín Insaurralde, la férrea posición del gobernador sostuvo la fórmula ganadora del 2019. Como nada es casualidad en política y todo es causalidad, a días de la elección PASO aparecieron las imágenes del ex intendente de Lomas de Zamora paseando por el Mediterráneo acompañado por una señorita y despilfarrando euros ¿Nadie sabía de estas excursiones mediterráneas? ¿Sabiendo que las fotos se filtran, era necesario que aparecieran, no solo fotos sino también videos? Está claro que la no elección a vice de la PBA dejó heridos y de esas usinas salieron las imágenes. No hay inocentes en política.
Otro capítulo fue el armado de las listas de diputados, lugares asignados al albertismo, si existió esa rama política. Hoy sería impensado que pudiese meter la cuchara. Los gobernadores que en general adelantaron sus elecciones sostuvieron la posibilidad de armar sus listas en cada una de las provincias, pero acordaron y dieron su apoyo a Massa. También lo hizo la CGT.
La elección del candidato se podría decir fue acertada, los números de la primera vuelta lo avalan.
Hoy el peronismo juega muy disperso, con gobernadores que intentan conseguir una limosna de la Casa Rosada para no terminar con sus provincias incendiadas no lo logran, y diputados y senadores que por ahora consiguieron pocos triunfos, y se los ve sin una conducción clara. Si nos referimos al bloque de diputados parecería estar cohesionado pero el número no le alcanza para imponer nada, las comisiones no funcionan como corresponde. El interbloque de Unión por la Patria, conducido por el senador José Mayans hace equilibrio entre la vice y la ex vice. Por supuesto que lamentablemente tiene que dialogar con Victoria Villarruel, algo nada agradable, pero todavía se discute la conformación de las comisiones, en las cuales no se le dio el lugar que corresponde al bloque peronista. Por esto el Senado funciona poco y mal.
La derrota y el transitar del presente tendrá repercusiones en el futuro, sobre todo en las legislativas del 2025 ¿El peronismo logrará ir a esa elección unido? Tengo mis serias dudas. Teniendo en cuenta que la cámara de Diputados renueva la mitad de su conformación actual y visto la elección del 2025 reemplazaría diputados y diputadas de la elección del 2021, pésima para el Frente de Todos, con poco se podría quedar con mucho.
Hoy no sabemos quien maneja la lapicera, por ahora todos tienen una, con poca tinta todas. ¿Dónde queda eso del bastón de mariscal? Hoy solo hay un dirigente que parecería sacarlo, pero cada vez que lo blande se lo pegan en la cabeza. Me refiero a Axel Kicillof. Ni hablemos del Partido Justicialista, cerrado por vacaciones desde febrero cuando se hizo ese lamentable congreso en Ferro. Toda esta situación genera que a pesar de las internas del oficialismo, sus peleas, su política económica espantosa que empuja a miles de compatriotas a la pobreza, de su nula conducción política de la Casa Rosada, por ahora sostiene una agenda, no se quiebra. No se avizora en el futuro próximo nada que pueda cambiar esta dinámica ni por abajo, si hablamos de la calle, ni por arriba si hablamos de la política, también llamada por algún viejo dirigente y escritor, el palacio.
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