EL «ARSENAL DE LA DEMOCRACIA» ELIGE PRESIDENTE

Las elecciones en los EEUU ya comenzaron a través del voto por correo y la campaña más llamativa de los últimos años entra en su tramo final, en unas elecciones que determinarán el rumbo del país y del mundo.

Escribe: Juan Garda

En cada elección presidencial de los Estados Unidos, la prensa declara a coro que se trata de la más relevante sucedida hasta el momento. Pero por lo menos esta vez, podría no resultar una mera exageración. Ya que en esta oportunidad quien logre conducir la Casa Blanca deberá enfrentar al unísono enormes desafíos tanto en el frente interno como en el externo. Y por primera vez en mucho tiempo, las plataformas de los partidos contendientes difieren ampliamente entre sí. Tanto sea que se hable de la guerra en el donbass o en oriente medio, la relación con la clase media, las deudas estudiantiles, el lobby de las grandes empresas tecnológicas o laboratorios, el complejo militar-industrial, la inmigración o la relación con los países latinoamericanos; no da lo mismo quién gane. Y en buena medida, el cómo transite diciembre de este año la argentina, va a depender de lo que suceda el 5 de noviembre.

Esta elección norteamericana comenzó rara ya desde la campaña, que nos ha ofrecido uno de los shows más rimbombantes vistos hasta el momento. Dos debates con tres protagonistas distintos, después de que el primer candidato demócrata viese esmerilada su imagen por acusaciones de pérdida de sus facultades mentales y las encuestas lo sepultasen al indicar que tenía menos chances de ser reelecto que Alberto Fernández. Una candidata inesperada que sin embargo hizo un buen segundo debate y se mantiene 2 puntos y medio por delante en las encuestas. Y dos intentos de asesinato a su contrincante, uno de los cuales brindó una imagen que se convirtió en bandera: Donald Trump irguiéndose entre sus guardaespaldas, con el puño en alto y la oreja sangrante, al tiempo que gritaba: “fight”!

Los resultados del 5 de noviembre se sentirán en todo el mundo. En el Donbáss, que lleva dos años de una guerra industrial de atrición que ha revelado muchas de las debilidades de los ejércitos de la OTAN, que hasta ahora se mostraban invencibles. En medio oriente, envuelto en un enfrentamiento asimétrico que va ganando intensidad creciente entre dos países que en secreto han desarrollado armas nucleares. En el mar de china, donde el dragón espera paciente pero alerta el momento de dar el zarpazo y recuperar esa isla que los desafía desde 1949. Y en América Latina, con su hegemonía dividida entre un Brasil exitoso y en pleno crecimiento unido a los BRICs, y una Argentina que apostó por la motosierra y el gabinete de perros imaginarios.

El/la próximo/a Presidente/a de los EEUU, deberá actuar rápidamente para enfrentar una sociedad cada vez más polarizada y dividida, con niveles crecientes de violencia en las redes y las calles. Una clase política desprestigiada y en medio de una crisis de representación que la pone en jaque. Una población cada vez más afectada por la proliferación de los opiáceos, la caída del poder adquisitivo, el crecimiento del peso de la deuda sobre los hogares y la desaparición de los restos que aún resisten del viejo estado benefactor norteamericano. Y también con una situación climática y migratoria que se torna rápidamente en emergencia. Por último, quien ocupe el salón oval durante los próximos cuatro años, tendrá la chance de designar entre dos y cinco jueces de la Corte Suprema; lo que podría rebalancear la composición del tribunal, o consolidar la mayoría conservadora que el partido republicano supo construir y determinó su reciente giro a la derecha. Dependiendo de quien gane, el primer desafío a enfrentar podría ser el mismo hecho de asumir el poder, ya que la diferencia promete ser ajustada, Donald Trump continúa sin reconocer su derrota en las últimas elecciones y sus partidarios intentaron tomar el congreso por la fuerza para evitar la asunción de Joe Biden. Quien sea que asuma será mirado/a de cerca desde Moscú, Kiev, Tel Aviv, Teherán, Beijing y Taipei.

El partido político que conduzca a los Estados Unidos por los próximos cuatro años definirá si los recursos se volcarán al desarrollo de la sociedad norteamericana o a las guerras para sostener la hegemonía estadounidense en el mundo. E incluso tal vez, también si el gobierno argentino contará con las divisas para implementar una dolarización o si por el contrario, carecerá de acceso al crédito y pasaremos un diciembre caliente por estas latitudes. Falta poco y Milei, Zelensky y Netanyahu esperan rezando.