THUNDERBOLTS*: HÉROES ROTOS EN BUSCA DE UN LUGAR DONDE PERTENECER

La película reúne a un grupo de personajes defectuosos y traumados, para mostrar que incluso en la oscuridad se puede encontrar un propósito, un lugar de pertenencia y una familia elegida.
Escribe: Juan Pablo Godoy Jiménez
La película Thunderbolts* nos presenta algo bastante interesante por parte de Marvel Studios. No solo trae de vuelta a personajes con los que podríamos ya estar familiarizados en otras entregas, como Red Guardian, USA Agent, Taskmaster, Bucky Barnes, etc., sino que tiene una perspectiva particular a la hora de contar su historia. Tiene todo lo que caracteriza al buen cine de Marvel, lo que lo consolidó como un gigante en esta industria de superhéroes. Tiene esos toques de humor que sabe utilizar muy bien, particularmente con el recurso de Red Guardian como un alivio cómico constante.

Pero la película trata de contarnos: no es solo una nueva era de Marvel, sino que viene con otra perspectiva sobre estos personajes. Si algo describe a todos los personajes nombrados y que consolidan el equipo protagónico de Thunderbolts es que son increíblemente defectuosos, incluso hasta uno diría fracasados en lo que hacen. Un pseudo Capitán América que no duró más de dos días. Una viuda negra con problemas de alcoholismo. Red Guardian, un proto Capitán América soviético olvidado en el tiempo, etc. Intentos fallidos de diversas cosas.

Algo que los une a todos es el trauma, ciertamente. La película hace mucho hincapié en esto, en el trauma y cómo sobrellevarlo. Las cosas que nos marcan, las cosas que nos hacen lo que somos, ese lado oscuro que nos persigue y que, para bien o para mal, consolida fuertemente nuestra identidad. Y nosotros, al final del día, terminamos decidiendo qué hacer con ello.
Este tema se refleja con particular fuerza en Yelena, cuyo arco dramático se centra en la búsqueda de un sentido, de una familia y de un espacio donde sentirse en casa. En la unión de este grupo de inadaptados se encuentra una paradoja: cuanto más evidencian sus claras grietas, más se acercan entre sí. Incluso se permiten reír de sus propios traumas, como en una escena donde cada uno los expone con crudeza y humor, reconociendo que esas cicatrices son parte de lo que son.

Sin lugar a duda, el buscar un lugar de pertenencia, de familia y de unidad es lo central en Thunderbolts. La película muestra cómo los traumas que todos cargamos no se pueden enfrentar en soledad: siempre se necesita de la compañía de un amigo, de un familiar, de una mano que nos sostenga. Ese quizás sea el mensaje más hermoso que deja.
Más allá de seguir los cánones del universo Marvel, Thunderbolts logra transmitir con sus herramientas que uno nunca está completamente solo. Siempre se puede encontrar un lugar donde pertenecer, donde sentirse cómodo, donde ser feliz, donde brillar. Y aunque la oscuridad siga ahí, la clave está en aprender a sobrellevarla junto a una familia.
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