Las responsabilidades en el voto mayoritario a favor del odio y la destrucción del país.

Escribe: Guillermo Risso

La primera pregunta que me haría es: ¿por qué no vetaría el financiamiento a las universidades Javier Milei? Si es lo que votaron, seis de cada 10, en la elección del 19 de noviembre del año pasado.

¿Por qué no cerraría el hospital para enfermedades mentales Laura Bonaparte? Y me volvería a responder, por sus votantes, “fue exactamente lo que voté”.

Está claro que no les da ni un atisbo de vergüenza el discurso copiado a una serie yankee. Es lo que votaron, insisto, 6 de cada 10 en el ballotage.

Hay un ejercicio muy fácil: rever el debate previo al ballotage, donde el candidato de Unión por Patria, Sergio Massa, anticipó cada una de las cosas que pasaron. Y se quedó corto, la situación es aún peor a tan solo diez meses de gobierno liberal libertario.

Me pregunto: ¿por qué debería mandar ayuda durante los incendios en Córdoba? Si ocho de cada diez en esa provincia lo votaron a Milei, al que hacía campaña con una motosierra.

En mi libre interpretación digo que muchos de los estatales echados por esta gestión lo votaron. Es más, muchos le hicieron campaña en sus propios estados de whatsapp y en sus redes, ya sea facebook, twitter o X, instagram, cualquiera de nosotros fuimos testigos de eso. Querían el cambio, que por supuesto llegó.

Lo que antes eran salarios bajos y que no alcanzaban, permitían algunos “deslices” (si se los puede definir así) y llegar a fin de mes. Con poco, pero con ese poco comían.

Los jubilados y jubiladas estaban mal, como hace décadas, pero obtenían sus remedios gratis, y el poder adquisitivo les permitía comer, hoy un lujo que pocos se pueden dar.

Había reclamos por paritarias “a la baja” que a veces quedaban algún punto por debajo de la inflación. Hoy no existe la paritaria. ¿O sí? A los trabajadores estatales se les tiró por la cabeza un 1%, digo se la tiraron porque no hay más reuniones paritarias, son imposiciones del gobierno sin posibilidad de discutir nada.

No era difícil darse cuenta. Al ver las entrevistas del orate que preside el país, hablaba contra la educación, y todos nos acordamos de los famosos vouchers ¿Alguien los recibió? Contra la salud, también se suponía que llegaría la ayuda a la oferta y no a la demanda. Hoy solo llegan las facturas impagables de las prepagas y cada vez con menos cobertura.

Nunca escondió el tema de desregular toda la economía, que el mercado dicte las normas al libre albedrío. Decía Don Arturo Jauretche: “Cuando no se legisla explícitamente para las minorías, implícitamente se lo hace para las mayorías”. Está demás aclarar que las mayorías hoy están perdiendo en desmedro de una minoría que es cada vez más rica.

Permanentemente hablaba de achicar el Estado, de ir contra la casta. La ignorancia supina creía que era contra la “clase” política, que ese Estado que parece ausente, en las mayorías desprotegidas es donde más presente está. Los medios y las redes se encargan a cada instante de invisibilizarlo, lo lograron.

Privatizar todas las empresas del Estado, modelo que fracasó y explotó el 20 de diciembre de 2001, no hace tanto. Amnesia colectiva. Ni hablar del endeudamiento externo, de esto pasaron apenas siete años, el gobierno de Macri lo hizo, con estos mismos actores que hoy son funcionarios: Caputo, Sturzenegger y Bullrich, estos últimos dos por tercera vez.

¿Era tan difícil darse cuenta de lo que venía? No, era fácil, pero odio de las mayorías también es responsable. Como dice el Pepe Mugica “los pueblos también se equivocan”. Son responsables de votar a este orate, no hay indulto, metieron la boleta en la urna cargada de odio y de resentimiento.

Podemos discutir si el gobierno de Alberto fue malo o muy malo, quedará para más adelante ese debate, para cuando las urgencias del hambre y la barbarie de este gobierno se terminen. Pero hoy debemos decir que ese 56% que lo votó también es responsable de lo abyecto de este proceso. No hay indulgencia.


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