«LA CIENCIA NO ESTÁ EN EL CENTRO DE LA AGENDA»

Entrevista con Jorge Aliaga sobre el impacto de las políticas del Gobierno en el sector de ciencia y tecnología argentino, el desfinanciamiento a la investigación y a las universidades. Las consecuencias a mediano y largo plazo.
Escribe: Bruno Massare
Publicada originalmente el viernes 7 de marzo del 2025 por Agencia TSS
Físico de formación, Jorge Aliaga es un referente del sector científico-tecnológico. Con una vasta experiencia en la investigación y la docencia en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) —de la que fue decano— y en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), también pasó por la gestión pública como subsecretario de Evaluación Institucional en el ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT), cargo al que renunción hace una década tras la llegada de Juntos por el Cambio al Gobierno. Actualmente, es secretario de Planeamiento y Evaluación Institucional en la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) y forma parte del directorio del CONICET, en representación del Consejo de Universidades. En diálogo con TSS, Aliaga se refirió al desfinanciamiento que sufre el sector de ciencia y tecnología argentino por parte del Gobierno de Javier Milei, a las diferencias del momento actual con respecto a la crisis del sector científico de hace 10 años y al impacto que tienen estas políticas para la investigación y el desarrollo de la Argentina.
A principios de 2016, usted era uno de los promotores de una carta firmada por más de 7000 integrantes del sistema científico-tecnológico y universitario argentino, en la que expresaban preocupación por las medidas tomadas por la gestión de Juntos por el Cambio durante los primeros meses de gobierno. ¿Qué paralelismos se pueden trazar respecto de lo que fue la situación de los primeros meses de la gestión de Juntos por el Cambio respecto de lo que ha sido este año de presidencia de Milei?
Me parece que hay diferencias. La política actual se da en un contexto distinto, inclusive a nivel mundial, en el que hay muchas cosas que a lo mejor hace 10 años nos parecía que no se iban a discutir, como la importancia de la vacunación, por ejemplo, en un país con leyes y campañas muy importantes de vacunación obligatoria. El Gobierno de Juntos por el Cambio tenía una parte que era similar a la actual pero no era todo. Arranquemos por un punto: lo que dijo Macri cuando sumió fue que el Gobierno de Cristina Fernández había sido un desastre salvo en ciencia, y que por eso mantenía a (Lino) Barañao. Eso es una diferencia no menor. Después, lo que hubo fue un ajuste muy grande, fundamentalmente en la cantidad de ingresos a carrera pero no en la cantidad de becas de doctorado. El último año, con (Roberto) Salvarezza, hubo prácticamente 1000 ingresos. Esa cantidad bajó a 300 y después se estabilizó en 450. Milei, en cambio, ha sido claro varias veces. Cuando presentó el Presupuesto, en septiembre, dijo que lo fundamental que tiene que hacer el Estado nacional es asegurar la estabilidad macroeconómica, las relaciones exteriores y el imperio de la ley, y que cualquier otra cuestión puede resolverse a través del mercado o es competencia de los gobiernos subnacionales. Es decir, no mencionó educación, ni salud, ni ciencia. Probablemente, no lo ha logrado por una conjunción de problemas, porque de alguna manera encontró a una persona que él conocía, a (Daniel) Salamone, para poner a cargo del CONICET, que es un investigador, con lo que él no va a postular que hay que cerrar este organismo. Por otro lado, también evalúan a lo mejor el costo político. Obviamente, no estoy de acuerdo con esa visión pero la estoy describiendo. Esto, en un contexto en el que el Gobierno considera que lo que tiene que hacer es lo que más le reditúa electoralmente, que es el déficit cero.
También aparecen discursos contrapuestos, como cuando presentaron el supuesto plan nuclear y mencionaron el rol del Estado.
Eso era (Demian) Reidel vendiendo fondos de inversión a privados. Creo que fue solo una excusa para parar el proyecto CAREM. El hecho de decir que estaba atrás una patente de INVAP fue simplemente para tapar lo que estaba pasando concretamente, lo otro es una promesa porque ni siquiera hay un diseño de industria. Lo único concreto es que la central nuclear de potencia no se compra a China y que el CAREM se paró. A lo mejor, también es un negocio financiero, que es de lo que sabe Reidel. ¿Cuál es el plan? ¿No terminar un desarrollo del que ya tenías el 70% y reemplazarlo por una hoja en blanco con un montón de ideas brillantes? Es difícil de justificar.

No se cerró el CONICET pero no hay ingresos y no se pagan los subsidios. Todavía no se firmaron los PICT 2022 y se prorrogaron los de 2023.
No hubo prácticamente altas de ingreso a carrera de investigador, se dieron a fin del año pasado algo más de 50 que venían muy colgadas de años anteriores, pero con las 2022, que habían sido anunciadas a fines de 2023, y ni se empezó. Nunca las altas se dan todas juntas, siempre se dan escalonadas, siempre había una demora de por lo menos seis meses en empezar, pero ya va un año y no hay miras de cuándo va a ocurrir. Por otro lado, los salarios de los investigadores y los becarios perdieron lo mismo que el resto de la administración pública. Eso explica que el presupuesto del CONICET, comparado a valores constantes con el de 2023, tiene una reducción de más del 20 por ciento. En el caso de la Agencia, el organismo que financia la investigación, el presupuesto en pesos se mantuvo igual en 2024 que en 2023. Eso quiere decir que, a valores constantes, se redujo a la tercera parte. Y con la paradoja de que una parte no menor de lo que venía ejecutando la Agencia, en el caso de los PICT (los Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica), son becas. Si uno mira lo que devengó el año pasado la Agencia, esencialmente alcanzó para pagar becas. La tercera gran fuente de financiamiento sería el exMinisterio de Ciencia, que concentró toda la plata de los programas Construir y Equipar Ciencia. O sea, la Ley de Financiamiento de la Ciencia fue esencialmente ahí. En su momento, eso fue una decisión política, de no distribuir esa plata en otros organismos, de no descentralizarla. Eso también tiene sus consecuencias porque hoy es mucho más fácil no ejecutar eso, porque está solo en un lugar. En ese caso, lo que ha ocurrido es que de los 73.000 millones de pesos que tenían, además de que no se actualizaron en el último presupuesto, se ejecutaron menos de 20.000 millones. Esencialmente, pagaron los salarios y los servicios públicos del Polo de Palermo, la seguridad y la limpieza, nada más.
Hace 10 años, había movilizaciones por una situación del sector científico-tecnológico que, a la luz de la situación actual, de un desmantelamiento mucho más abrupto, hoy parecen tener menos efecto. ¿Cómo se explica?
Sí, hay cosas que las tiene muy estudiada gente como Steve Bannon, que implican, justamente, que en lugar de ser cautos en la política, al contrario, extreman todo para que todo te sorprenda y, al final, si no salió el 100% de lo que querían, con el 80 ya sacaron un montón. Acá todavía no hay una mayoría en Diputados para bajar el DNU 70 del 2023. Entonces, hay una realidad también en el Congreso, donde el oficialismo siempre tiene exactamente los votos que necesita. Hay muchos diputados que terminan validando estas políticas, algunos será porque lo hacen a cambio de algo y otros consideran que había que hacerlo. Hubo marchas extraordinarias, como las universitarias, que terminaron consiguiendo algunas cosas. Por otro lado, hay una realidad y es que hubo un trabajo que ya viene de la época anterior a Macri, pero que se siguió y que se hizo mucho más fuerte con la pandemia, de cuestionar el funcionamiento de la ciencia en general como valor. Son todas campañas que no se sostienen con la evidencia pero que no son algo aislado, son parte de un movimiento internacional muy coordinado y que evidentemente tiene una entrada grande en ciertos sectores de la sociedad.
Sin nuevo presupuesto, la Función CyT de este año estaría en 0,22% del PBI, la misma que el año anterior y menos de la mitad de lo previsto por la Ley de Financiamiento de la Ciencia. ¿Habrá dinero para investigar en la Argentina?
Podrían sacar un DNU si quisieran dar más financiamiento. Es difícil que lo hagan porque siguen manteniendo la idea de déficit cero, a pesar de que poner plata en ciencia tampoco es tanto. También podrían conseguir crédito externo. Hoy el CONICET no tiene presupuesto para cargos adicionales. En todo caso, se podrían ir ocupando las bajas por jubilaciones, pero el año pasado ni siquiera se compensaron esas bajas con los pocos ingresos de fin de año. Dentro de unos meses van a estar los resultados de la convocatoria de ingreso a carrera 2023 y todavía está pendiente la 2022, que no están designados y son 800, quizás menos porque hay gente que desistió.
Son 800 personas que tienen aprobado su ingreso y cuya carrera está en una incertidumbre total, ¿no?
Sí. Obviamente, el directorio le pregunta en todas las reuniones al presidente del CONICET si hay alguna novedad, para poder avanzar con designaciones. El año pasado, Salamone había dicho que en algún momento él esperaba que sí. Nos dice “estoy hablando, estoy tratando, estoy viendo, pero no hay nada concreto”. Y bueno, seguimos esperando que se destrabe, pero no sabemos cuándo. Y después tenés montones de reclamos más porque alguno de esos 800 tienen prórrogas de becas CONICET, otros no. De las becas de finalización, hubo 160 que tenían una beca de Agencia y que no fueron seleccionados porque había un cupo de 300 y los recomendados eran 460. Nos reclaman que se les asigne una beca y hoy la realidad es que no tenemos. Pero también están los que están esperando el ingreso a carrera y no tienen nada, también quisieran una beca y, por más que es otro tipo de beca, la plata sale del mismo lugar. Con lo cual, lidiamos con muchos reclamos en un contexto donde costó sacar las 1300 becas de inicio y de finalización de doctorado para empezar nuevamente el primero de abril, como era la fecha histórica y fueron anunciados los resultados el 17 de enero, como estaba previsto. Es decir, la normalidad para nosotros fue un logro. Hubo presiones, hubo discusiones, pero bueno, se logró sacar eso.

Esta situación generó críticas al directorio en el sentido de que estarían avalando la política de la presidencia del CONICET. ¿Cómo reciben esto?
Salamone, desde el primer día, dijo que a él le parecía mal que el presidente no tuviera mayoría en el directorio. Y bueno, alguna vez el directorio votó cosas en las que el presidente no estaba de acuerdo. El problema es que hay ciertas instancias que, o se resuelven jurídicamente o se resuelven políticamente. El presidente ha dicho, en algún momento, «bueno, el reglamento no establece plazos para firmar una resolución, así que voy a ver cuándo la firmo». No me parece correcto pero, ¿qué hacer contra eso? El directorio puede decidir políticas y de hecho tiene esas atribuciones. Pero, en todo organismo, el que la ejecuta es el que tiene la firma, que es él. Como directorio, no podemos violar la ley si no hay presupuesto, si no hay crédito. Y la realidad es que justamente el presupuesto está prorrogado para que no haya presupuesto. Entonces, el argumento de que no hay presupuesto es real y es funcional. Si uno dice «bueno, yo te designo 300 becarios más y vos hacé lo que quieras». ¿Es conducente eso? Escucho también a mucha gente que me dice que ni de casualidad salgamos del directorio. Yo, en particular, no tenía ninguna vocación de estar en el directorio del CONICET, para nada. No es que me postulé, hice campaña y logré votos, a mí me pidieron las universidades que fuera a este lugar y lo tomo como parte de mi trabajo.
La baja de ingresos tendrá impacto en el sistema científico. ¿De qué manera?
Va a repercutir en un descenso de los graduados de doctorados, seguramente. Pero también por el hecho de que hay un 30% de caída de postulados en ingreso a carrera de investigador. Esto en un contexto en el que los salarios son muy bajos en el sector científico y donde, además, en las redes, desde el presidente hasta el vocero o el gordo Dan, están todos diciéndote que sos un chorro, que tenés que buscar un laburo honesto. No es el mejor contexto para que la gente quiera dedicarse a hacer ciencia.
Usted trabaja en una universidad pública, que también objeto de ataques y desfinanciamiento el año pasado. ¿Deberíamos esperar que esta política continúe?
Depende cuánto quiera confrontar el Gobierno. A lo mejor vuelven a hacer como el año pasado, mejoran un poco los gastos de funcionamiento, que es un porcentaje muy menor del presupuesto de las universidades, y en plata no les mueve el amperímetro. Ahora hay un problema, pero probablemente se acomode, no creo que que la cosa explote. Es claro que, además de la movilización, el año pasado el Gobierno lo que no pudo sostener fueron las fotos del Hospitales de Clínica a oscuras. La parte de salarios no creo que se acomode, probablemente no pierda se mucho más, pero no creo que vayan a recomponer los salarios porque eso es parte del ajuste gordo que hace Milei. Después está lo que tiene que ver con la batalla cultural que quiere dar el Gobierno, de que salen a cuestionar a las universidades con el tema de falta de rendición, de que hay demasiados extranjeros gratis, temas falsos que van instalando y que de alguna manera habrá que seguir saliendo a explicar, a defender.
En las provincias, por cómo se vota en el Congreso, tampoco parece haber mucho interés por lo que pasa en ciencia y tecnología, ¿no?
En la escala de las provincias, ¿se van a pelear por esto cuando tienen toda la obra pública parada? Claro que no. Una provincia tenía 50 obras públicas y si se porta bien capaz le habilitan dos. La ciencia no está en el centro de la agenda en la situación actual.
En este escenario, ¿cómo ve los próximos años?
Uno esperaría que esto de que la gente de alguna forma acepta cualquier cosa a cambio de que baje la inflación tenga un límite. Habrá que ver si este ajuste es porque necesitaban bajar un 20% para que cierren los números o si quieren que vaya a cero y es, simplemente, que hoy es un 20% y al año siguiente otro tanto y así. Por otro lado, hay otra parte del ahorro, que es la parte de la obra pública, donde te estás comiendo un activo porque los problemas se ven en el mediano plazo, no en el corto. O el problema de no tener vacunación, que lo vas a tener dentro de 5 o 10 años.
O negar el cambio climático, que es otra política del Gobierno.
Por ejemplo, eso mucho peor. Porque va a ser irreversible, mucho más difícil de arreglar, con consecuencias mucho más terribles. Yo me conformaría con que una porción de gente tome conciencia de que cosas que le vendieron que eran absolutamente inaceptables con el peronismo ahora se hacen y mucho peor: violación de normas, no respeto a la oposición ni al Congreso, a los periodistas, entre otras. Creo que sería un gran paso.
Descubre más desde hamartia
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.